domingo, 26 de enero de 2014

Recuerda esto cuando beses a un niño.

 
    A veces, la mayoría de las veces, cuando hablas de política con alguien y planteas la necesidad de huir de las garras del capitalismo te encuentras con caras de verdadera estupefacción. Gestos que parecen decir: "¡uy!, rojo, malote, malo". Parece que oponerse al capitalismo es algo antiguo y perverso. La gente te mira a los dientes a ver si encuentra restos del último niño que te hayas podido comer. Pero es que oponerse al capitalismo hoy en día es pura defensa propia, es la más elemental aplicación del sentido común.
 
    El capitalismo carece de ética, su único objetivo es la ganancia del capital, su único tiempo es ahora. Si no tienes dinero que aportar al ciclo "crecimiento-crédito-inversión-ganancia-más crecimiento" no cuentas. Si vivirás como parte de una generación posterior cuentas menos aún. El capitalismo usa los recursos que tiene a su alcance sin pensar en el mañana, "el que venga detrás que arree", si el planeta ha sido esquilmado y contaminado hasta convertirlo en un gran erial que cada palo aguante su vela.
 
    Ya no hace falta ser un visionario para adivinar las consecuencias del crecimiento sin fin. Se empieza a ver el principio de la debacle y los datos de que disponemos nos anuncian que el colapso del planeta no es cuestión de miles ni siquiera de cientos de años, hablamos de dos o incluso una generación. No hablamos de una nueva crisis del capitalismo forzada para recoger ganancias, hablamos de que le planeta diga ¡basta! y de que se lo diga a esos niños que hoy besamos como muestra de cariño.

    Por todo esto te pido que veas este vídeo y lo recuerdes la próxima vez que beses a un niño.
 
    
    Salud y República.
 
 
    Javier Sánchez-Mota.
    Ciudadano de la República Española.

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