domingo, 4 de agosto de 2013

La unidad de la izquierda.


     Es una frase que se oye y lee con frecuencia. Unas veces motivada por la buena voluntad, otras por la ingenuidad y otras de forma tendenciosa e interesada. Suele venir acompañada de invocaciones al Frente Popular (coalición electoral), pero curiosamente no la he visto nunca acompañada de invocaciones al Pacto de San Sebastián (acuerdo claramente rupturista). Me parece un detalle anecdótico pero que no deja de tener su relevancia en un momento en el que la ruptura con la monarquía franquista se muestra necesaria y urgente.

     Unidad de la izquierda, pero ¿a qué llamamos izquierda política? Pedazo de melón acabo de abrir, es mucho tema para un simple ciudadano que de vez en cuando comparte sus cosas. Así que voy a simplificar, que eso sí que se ma da bien. La izquierda o está al lado del más débil, es profundamente democrática y es transformadora o es otra cosa. Me da igual quien use la palabra izquierda como si la hubiera inventado, quien la lleve en su nombre, quien fuera de izquierdas en su juventud o quien tenga abuelos de izquierdas, ¡me da igual! Quiero propuestas a favor de
las/os desfavorecidas/os, transformadoras y profundamente democráticas y las quiero ¡ya!

     No se puede pretender ser el adalid de
las/os desfavorecidas/os mientras se aplican políticas neoliberales, recortes a discreción, se obtienen créditos de la banca que acaban siendo condonados y retiros dorados en consejos de administración de empresas privatizadas otrora pilares estratégicos públicos.

     No se puede pretender ser el adalid de la democracia y apoyar regímenes y sistemas políticos autoritarios, represores y controladores de la información y la opinión.
     No se puede regenerar lo que no se ha generado en los últimos 80 años, la democracia. La partidocracia no es de izquierdas, la "democracia" limitada y blindada contra la ciudadanía no es de izquierdas. No se puede ser demócrata sin ser antifascista, de izquierdas ya ni hablamos. No caben las izquierdas en la monarquía franquista, sólo en contra de ella, no hay que confundir la prudencia con la productividad que proporciona ser un "partido del régimen". La izquierda o es rupturista con el actual régimen o es otra cosa.

     Transformar no es maquillar, ojo. El enemigo está por encima de la jefatura del estado (las minúsculas no son un error ortográfico), se llama oligarquía económica-financiera con sus poderes fácticos asociados. Es la que tiene a sueldo al régimen e invierte y pervierte el sentido de la acción política: la economía condiciona a la política y la política ignora a la ciudadanía más allá de un voto "cocinado" cada cuatro años. La izquierda transformadora tiene como reto darle la vuelta a la situación, que la economía sirva a la política y la política obedezca a la ciudadanía. La República no es el fin sino la herramienta imprescindible para construir la sociedad que queremos y merecemos. Transformar es cortar los hilos mediante los que los poderes no democráticos controlan y dirigen a los Estados, no darle otra capa de barniz al actual estatus.

     No nombro a ningún partido u organización política, que cada cual haga sus cuentas. No hablo de corrupción en sus distintos niveles (implicación, complicidad o connivencia) por pura obviedad.

     Unidad de la izquierda, pero ¿para qué? ¿Para mejorar la posición de un partido del régimen en el mercado seudopolítico del mismo? No, gracias. ¿Para crear una alternativa democrática y social al actual régimen corrupto? Ya estamos tardando. Pero esto no se hace en torno a siglas o porcentajes, se hace en torno a propuestas públicas, claras y estables, con categoría de contrato con la ciudadanía.


     Y puestos a pensar en porcentajes, pensemos en el 50% de la ciudadanía que no piensa ni votar, no en el 16% del voto emitido (8% del total posible) de una determinada fuerza política. Construyamos una propuesta seria e ilusionante, establezcámosla como objetivo incuestionable, expliquémosla y usémosla para concentrar en torno a ella a las ciudadanas y ciudadanos que están más que hartos de que les engañen y les roben.

     Prefiero hablar de unidad de la oposición democrática a la monarquía franquista neoliberal, ésa sí que me interesa. Lo demás es cosa de monárquicos, acomodaticios y capitalistas por convicción o conveniencia, absténgase de dejar propaganda monárquica en mi buzón, gracias.


    Málaga, 4 de Agosto de 2013.
    Un militante de Alternativa Republicana (ALTER) de Málaga.
    Salud y República.

Desde el barbecho.

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