martes, 25 de junio de 2013

¿Cuándo se rebelará la gente?


   Quien más quien menos ha oído o leído esta pregunta unos cuantos millones de veces. Más aún tras los recientes acontecimientos en Turquía, Bulgaria o Brasil. No sé a vosotras/os, pero a mí me empieza a irritar porque es la típica pregunta que se contesta sola a partir de su propia formulación.

  Gente es un conjunto de personas, de individualidades. La gente se rebelará cuando lo haga cada una de sus componentes, porque la gente como ente carece de voluntad intrínseca, pero puede adoptar una voluntad colectiva fruto de la confluencia de las voluntades individuales.

  La rebelión ansiada estará más cerca en tanto que más personas sustituyan la pregunta de marras por ésta otra mucho más seria: ¿cuándo me rebelaré yo? No aporta nada esperar una reacción de otros para verla por televisión como quien ve un partido de fútbol. Lo que aporta al futuro de nuestra descendencia es una reflexión personal, seria y profunda, un análisis de la situación y una búsqueda de alternativas viables. Hablamos de la diferencia entre súbditos/as alienados/as a base de pan (cada vez menos) y circo (eso sí, para hartarse, oiga) y ciudadanía responsable y dueña de su destino.

  Durante más de 70 años nos han anestesiado y adocenado. No nos dan información para que ejerzamos nuestro sentido crítico, nos dicen directamente lo que debemos pensar. Si la situación se tensa demasiado nos ofrecen un chivo expiatorio en el que volcar nuestra rabia, no hay problema, está previsto por el sistema, hay recambios de sobra. Cada vez hay más personas que se niegan a sacrificar su dignidad ante el poder, que tratan de informarse por vías alternativas menos manipuladas, que no creen dócilmente sino que razonan como seres humanos libres. Cada vez hay más republicanas y republicanos para la República, aún no somos suficientes pero lo seremos.

  Durante más de 70 años nos han imbuido, mediante un concienzudo lavado de cerebro colectivo, una moral nacionalcatólicocapitalista (ahí queda eso) que anulase cualquier conato de acción política popular. Puede parecer que tuvieron éxito, pero no es así. Cada vez hay más personas que reclaman la propiedad de su cerebro, que no se consuelan con promesas postmortem, que valoran su libertad por encima de sus posesiones, que no delegan pusilánimemente su derecho y deber a la acción política. Cada vez hay más republicanas y republicanos para la República, aún no somos suficientes pero lo seremos.

  Podemos crear otra generación que no haya visto luchar a sus padres o podemos acabar con este absoluto desastre.

  Yo ya me he rebelado y me siento bien, me siento libre. ¿Y tú?


    Málaga, 25 de Junio de 2013.

    Un militante de Alternativa Republicana (ALTER) de Málaga.

    Salud y República.

Desde el barbecho.

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