sábado, 21 de diciembre de 2013

El Solsticio de Invierno.

     El solsticio de invierno es el momento astronómico que marca el inicio del invierno en el hemisferio norte. Se conmemora desde el Neolítico. Ha dado lugar a diversas liturgias y ceremonias en función de cada cultura humana, pero todas tenían en común la vivencia interna de los ciclos de la Naturaleza. En nuestra cultura y nuestro tiempo asistimos a la superposición de festividades religiosas aún a costa de reinventar la Historia con tal de que encajen las fechas. Me gustaría recuperar y aplicar el espíritu original de la festividad y oponerlo al actual consumismo desaforado.
 
    
    La llegada del invierno suponía en la antigüedad el gran reto anual, más acentuado cuanto más septentrional fuera la ubicación, por lo que adquiere su máxima dimensión en la tradición celta. Se trataba de afrontar la época de escasez; no habría cosechas ni siquiera posibilidad de recolección de frutos silvestres; los desplazamientos se complicarían en extremo reduciendo la posibilidad de comercio, caza y pesca; incluso la manutención de los animales domésticos se convertiría en una carga que evitaban sacrificándolos y conservando su carne mediante el ahumado y la salazón, era prácticamente la última oportunidad de comer carne fresca hasta la llegada de la primavera.
 
    Las celebraciones han variado de unas épocas y culturas a otras, pero todas han mantenido elementos comunes. El respeto a la Madre Naturaleza a través del culto al Sol, a árboles sagrados, etc. La asunción de que las dificultades son parte de nuestra vida. La determinación de prepararse para los malos tiempos mediante el trabajo y la anticipación. Y, fundamentalmente, que la unión y la colaboración entre iguales nos preparan para vencer a la adversidad independientemente de lo dura y prolongada que se nos presente.
 
    Os invito a recuperar las tradiciones reales sobre las impuestas. Si se elegía como lugar de la celebración la casa de quien más ayuda necesitara (compensar malas cosechas, enfermedades animales, deterioro de graneros, etc.) ofreciéndole regalos y trabajo desinteresado, intentemos hacer lo mismo. La idea no es consumir por consumir en beneficio de los grandes almacenes, la idea es conjurarnos ante la adversidad y gastar para compensar al más débil. Unidos/as somos más fuertes, los poderosos lo saben y tratan de evitarlo, ¿abrimos los ojos?
 
    Como republicano que soy, me temo que no hay solsticio que celebrar. Venimos de un otoño especialmente largo y duro, casi 80 años de oscuridad, mentira y miedo. Aún no nos hemos preparado para nuestro invierno, el que viviremos cuando definitivamente nos conjuremos para recuperar la soberanía ciudadana frente a la crueldad del capitalismo encarnada en la monarquía franquista nacionalcatólica. No se puede cosechar si antes no se ha sembrado y cuidado la cosecha, toca sembrar información y cuidarla para que germine en concienciación, sólo así podremos recolectar movilización ciudadana. Mientras, no podemos olvidarnos de quienes más sufren, debemos estar prestos para apoyarles y colaborar con ellos/as, pero no podemos sustituirles, sólo se puede luchar al lado de quien ha decidido luchar.
 
    Os felicito a todos/as el solsticio de invierno astronómico. Os deseo unión, hermandad y solidaridad.

    En cuanto al solsticio de invierno republicano, os emplazo a trabajar para que llegue. Ayer se nos escapó, mañana es tarde, ¡hoy es el día!
 
 
    Salud y República.
 
 
    Javier Sánchez-Mota.
    Ciudadano andaluz de la República Española.

viernes, 20 de diciembre de 2013

¿Votar o no votar? ¿Qué votar?

    Son preguntas que, como casi todas, tienen una respuesta sencilla o extremadamente compleja dependiendo del enfoque desde el que se aborden. Cuando hablamos de la intoxicación y manipulación informativas del franquismo no nos referimos a un hecho cerrado, a algo del pasado; nos referimos a un proceso que se mantiene activo y, en nuestros días, con especial virulencia. Es en este contexto en el que procede enmarcar, en mi opinión, diversas campañas y corrientes de opinión acerca de lo que "deben" hacer los súbditos de nuestra vergonzante monarquía.
 
    "Si no vale para nada, no votes". No se le puede negar que tiene su lógica. En este régimen no se vota a quien ostente el poder sino a sus intermediarios, ya que el poder fáctico real ni es democrático ni se preocupa por parecerlo. Si soy antisistema, si no me gusta este perro, no me voy a entretener en votar para elegirle un collar. Repito que tiene su lógica y que puede ser el resultado de una elección responsable y coherente, pero ¿qué escenario estaríamos diseñando? Sería renunciar a la mínima posibilidad de expresión democrática que se nos concede graciosamente. Puede que votar, sólo votar, en este régimen y con este sistema electoral no permita grandes cambios pero, al menos, nos permite expresarnos. No creo que la opción pase por renunciar a la expresión democrática por mínima y desvirtuada que se nos presente, a no ser que busquemos un modelo de sociedad definitivamente resignada y dócil al caudillo de turno.
 
    "Vota a otros". Ésta es buena. "No me votes por mi proyecto, no me votes por mi credibilidad, no me votes por mi ejemplo, vótame porque ahora me toca a mí". Es una de las faltas de respeto menos sutiles que podemos encontrar en nuestro desolador panorama político. Ni se plantea un cambio del pastel, sólo pide aumentar su propio trozo del pastel porque los otros ya han comido bastante. Expresa elocuentemente la condición de mercadeo político que caracteriza a esta caricatura de democracia que algunas/os (cada vez más) llamamos por su nombre, franquismo v2.0.
 
    "Si votas a los pequeños, favoreces a los grandes". ¡Ole tus gónadas, lumbrera! Entonces está clarísimo que para favorecer a los pequeños hay que votar a los grandes. Sin comentarios.
    Una variante del anterior, "si  votas en blanco favoreces a los grandes y perjudicas a los pequeños" (se comenta también que por cada voto en blanco muere un adorable cachorrito). Suelo repetir la misma pregunta cuando me encuentro con algún defensor de esta tesis, ¿qué simulador de Ley D´Hondt has utilizado y qué variables has manejado para llegar a esa conclusión? La respuesta suele ser ¿ein, lo cualo? Los simuladores de Ley D´Hondt son fácilmente accesibles en Internet desde nuestro buscador favorito y nos permiten ver de primera mano las consecuencias y repartos de diferentes resultados electorales. Que un partido necesite un máximo de un 5% del voto válido para obtener representación significa que por cada 20 votos en blanco se le exige un voto más. Fijarse en la mínima repercusión que la expresión de una opción política tiene sobre otra con la que no nos identificamos me parece cuando menos un pelín retorcido. Llamadme raro, pero lo normal a mí me parecería analizar quién vota qué y no analizar la repercusión de su voto sobre la constante expansión del cosmos en busca de su máximo equilibrio.

    "Vota útil para frenar a la derecha". Para empezar habría que definir el concepto de utilidad, porque llevamos 35 años con la misma cantinela para acabar siendo gobernados por los mismos. Los intermediarios pueden ser más o menos "cool", más o menos "fashion", más o menos "guays"; pero la que manda es la misma oligarquía casposa que lo lleva haciendo casi 80 años (que ya está bien) en su propio beneficio.
 
    Hay más, pero tampoco voy a abusar de vuestra paciencia (si seguís ahí, claro). Si hay una opción fácil suele ser mi preferida. Mi opción fácil pasa por reconocer la importancia de las matemáticas para el funcionamiento del ordenador que tenemos delante, para diseñar edificios y poner satélites en órbita; pero en esto de votar le concedo más relevancia a la ética y la responsabilidad que a las matemáticas. Como republicano lo tengo claro, cuando voto no negocio ni calculo, evalúo proyectos, credibilidades y ejemplos; hago uso de mi condición de ciudadano responsablemente asumida y dejo los regateos para los mercados árabes (todo un arte, por cierto).
 
    ¿Votar? Claro. La opción sería ni siquiera poder hacerlo.
    ¿Qué votar? Tan sencillo como lo que nos dicte la conciencia. Hay que informarse, porque las campañas electorales bien entendidas duran toda la vida. Una vez informadas/os, con una idea clara de lo que queremos, buscamos la opción que más se parezca y que sea defendida por personas honestas y creíbles. Se acabó, no hay más cálculos que hacer, no es tan difícil. Y, si no encontramos la opción con la que identificarnos o las personas que la defienden han demostrado no ser honestas y/o creíbles, pues votamos en blanco con la mayor de las tranquilidades (lo del cachorrito no está demostrado).
 
    "De golpe se acercan unas elecciones y no sabes a quién votar. Sé lo que no quiero votar, pero lo que quiero votar no lo veo. Eso produce una impotencia enorme y los políticos deberían darse por aludidos". Pedro Almodóvar.
Sólo expresando claramente lo que en conciencia queremos o no votar conseguiremos que los políticos se den por aludidos, se den cuenta de que ya no nos creemos la pantomima que nos presentan como un sistema democrático.
 
 
    Salud y República.
 
 
    Javier Sánchez-Mota.
    Ciudadano del Estado Andaluz y la República Española.

domingo, 1 de diciembre de 2013

De etapas y objetivos.

    Una de las herramientas del régimen franquista durante los casi 80 años que lleva en el poder es la devaluación de las ideologías. No les interesa que nos unamos en torno a ideologías sino en torno a equipos de fútbol o a personajes de la farándula. Lo de no ser ni de derechas ni de izquierdas, además de uno de los principios del falangismo, es una forma de colaboracionismo con el régimen. Lo primero para ellos es evitar la protesta y, si llega a producirse, la prioridad es disgregarla y dirigirla a objetivos secundarios. El régimen tiene claro que todo lo que no sea un movimiento ciudadano para un proceso constituyente que desemboque en una república social y democrática tiene poca repercusión y es fácilmente controlable.

    Cuando la ciudadanía milita políticamente (las/os súbditas/os simplemente se aborregan en torno a lo que les dictan), lógicamente lo hace en función de su ideología. Si yo soy un republicano de izquierdas no marxista, lo normal será que en mi partido no abunden los marxistas y viceversa. Esta diversidad de puntos de vista no es un inconveniente sino la riqueza fundamental de la ciudadanía de izquierdas, nuestra negativa a aceptar patrones impuestos, nuestra afición al uso de la razón y del sentido crítico.

    Pero en la situación actual es imprescindible marcar etapas y objetivos propios de cada etapa. En mi opinión y la de muchas/os compañeras/os la prioridad actual es romper de una vez y definitivamente con el franquismo, forzar y tutelar un #ProcesoConstituyente democrático, conseguir una constitución con unos mínimos consensuados que la protejan contra el fascismo y el capitalismo (valga la redundancia). Esto debe ser tarea de todas/os las/os demócratas, marxistas o no.
Tenemos que aprender a confluir en lo fundamental, en la necesidad de proclamar una república social y democrática, en establecer las reglas de un juego realmente democrático. Esto es algo que no se puede hacer en torno a los partidos del régimen, sólo se puede hacer mediante la confluencia de personas y organizaciones realmente rupturistas. No hablamos de obtener unos cuantos votos más para seguir medrando en el mercadeo político del régimen; hablamos de devolver la soberanía a la ciudadanía, de acabar con la partidocracia al servicio del capital.

 

    "¡Pero es que perseguimos distintos modelos de sociedad!" Vale, bien y ¿cuál es el problema? Una vez superada esta etapa, ya bajo el manto de la III República Española, con nuevas reglas de juego y nueva ley electoral, será el momento de darnos la mano fraternalmente, felicitarnos por el trabajo realizado y afrontar los nuevos objetivos de una nueva etapa. Será el momento de que cada organización presente a la ciudadanía su propuesta de sociedad y que sea aquella, la única legitimada para hacerlo, la que decida el modelo que prefiere.

    Centrémonos en lo que toca. No tiene sentido discutir sobre quién conducirá si no tenemos coche. Consigamos el coche adecuado en el que quepamos todas/os y después, sólo después, será el momento de echarlo a andar. Para ejercer la democracia primero necesitamos un régimen político radicalmente democrático, lo demás son brindis al sol y colaboracionismo más o menos disimulado.

¡Proceso Constituyente democrático ya!

Salud y República.


Javier Sánchez-Mota.
Afiliado de Alternativa Republicana de Málaga.

domingo, 4 de agosto de 2013

La unidad de la izquierda.


     Es una frase que se oye y lee con frecuencia. Unas veces motivada por la buena voluntad, otras por la ingenuidad y otras de forma tendenciosa e interesada. Suele venir acompañada de invocaciones al Frente Popular (coalición electoral), pero curiosamente no la he visto nunca acompañada de invocaciones al Pacto de San Sebastián (acuerdo claramente rupturista). Me parece un detalle anecdótico pero que no deja de tener su relevancia en un momento en el que la ruptura con la monarquía franquista se muestra necesaria y urgente.

     Unidad de la izquierda, pero ¿a qué llamamos izquierda política? Pedazo de melón acabo de abrir, es mucho tema para un simple ciudadano que de vez en cuando comparte sus cosas. Así que voy a simplificar, que eso sí que se ma da bien. La izquierda o está al lado del más débil, es profundamente democrática y es transformadora o es otra cosa. Me da igual quien use la palabra izquierda como si la hubiera inventado, quien la lleve en su nombre, quien fuera de izquierdas en su juventud o quien tenga abuelos de izquierdas, ¡me da igual! Quiero propuestas a favor de
las/os desfavorecidas/os, transformadoras y profundamente democráticas y las quiero ¡ya!

     No se puede pretender ser el adalid de
las/os desfavorecidas/os mientras se aplican políticas neoliberales, recortes a discreción, se obtienen créditos de la banca que acaban siendo condonados y retiros dorados en consejos de administración de empresas privatizadas otrora pilares estratégicos públicos.

     No se puede pretender ser el adalid de la democracia y apoyar regímenes y sistemas políticos autoritarios, represores y controladores de la información y la opinión.
     No se puede regenerar lo que no se ha generado en los últimos 80 años, la democracia. La partidocracia no es de izquierdas, la "democracia" limitada y blindada contra la ciudadanía no es de izquierdas. No se puede ser demócrata sin ser antifascista, de izquierdas ya ni hablamos. No caben las izquierdas en la monarquía franquista, sólo en contra de ella, no hay que confundir la prudencia con la productividad que proporciona ser un "partido del régimen". La izquierda o es rupturista con el actual régimen o es otra cosa.

     Transformar no es maquillar, ojo. El enemigo está por encima de la jefatura del estado (las minúsculas no son un error ortográfico), se llama oligarquía económica-financiera con sus poderes fácticos asociados. Es la que tiene a sueldo al régimen e invierte y pervierte el sentido de la acción política: la economía condiciona a la política y la política ignora a la ciudadanía más allá de un voto "cocinado" cada cuatro años. La izquierda transformadora tiene como reto darle la vuelta a la situación, que la economía sirva a la política y la política obedezca a la ciudadanía. La República no es el fin sino la herramienta imprescindible para construir la sociedad que queremos y merecemos. Transformar es cortar los hilos mediante los que los poderes no democráticos controlan y dirigen a los Estados, no darle otra capa de barniz al actual estatus.

     No nombro a ningún partido u organización política, que cada cual haga sus cuentas. No hablo de corrupción en sus distintos niveles (implicación, complicidad o connivencia) por pura obviedad.

     Unidad de la izquierda, pero ¿para qué? ¿Para mejorar la posición de un partido del régimen en el mercado seudopolítico del mismo? No, gracias. ¿Para crear una alternativa democrática y social al actual régimen corrupto? Ya estamos tardando. Pero esto no se hace en torno a siglas o porcentajes, se hace en torno a propuestas públicas, claras y estables, con categoría de contrato con la ciudadanía.


     Y puestos a pensar en porcentajes, pensemos en el 50% de la ciudadanía que no piensa ni votar, no en el 16% del voto emitido (8% del total posible) de una determinada fuerza política. Construyamos una propuesta seria e ilusionante, establezcámosla como objetivo incuestionable, expliquémosla y usémosla para concentrar en torno a ella a las ciudadanas y ciudadanos que están más que hartos de que les engañen y les roben.

     Prefiero hablar de unidad de la oposición democrática a la monarquía franquista neoliberal, ésa sí que me interesa. Lo demás es cosa de monárquicos, acomodaticios y capitalistas por convicción o conveniencia, absténgase de dejar propaganda monárquica en mi buzón, gracias.


    Málaga, 4 de Agosto de 2013.
    Un militante de Alternativa Republicana (ALTER) de Málaga.
    Salud y República.

sábado, 27 de julio de 2013

¿Qué puedo hacer yo?

    Este país no lo dirigen los políticos de los partidos mayoritarios, lo dirigen los que les mueven los hilos a cambio de impunidad y pingües beneficios económicos. Un mismo grupo de poder, la oligarquía económico-financiera, no puede ser simultáneamente causa y solución del mismo problema. No tiene sentido decirles a los políticos que nos están jodiendo, porque lo saben; no tiene sentido pedirles que lo hagan mejor, porque cumplen las órdenes recibidas a la perfección; no tiene sentido invocar a la alternacia, porque es cambiarle el collar al mismo perro; lo único que hoy tiene sentido es derrocar y sustituir un sistema que nos convierte en esclavos y ni siquiera en esclavos listos.

   Necesitamos un Estado moderno y, ante todo, decente. Creo en una república federal, radicalmente democrática, social, laica y ecológica. Creo que, tras casi 80 años de secuestro del poder, toca devolvérselo a su legítima dueña, la ciudadanía. No esperéis que los que mandan desmonten voluntariamente su productivo chiringuito, habrá que empujarles (mucho o poco depende de lo que se resistan).

    Sí, muy bonito, pero ¿qué puedo hacer yo?. Sola/o, nada, pero no estás sola/o. Estás sentada/o ante una de las herramientas más poderosas de nuestra era, la puerta de entrada a la información, sólo hay que darle un uso adecuado a los tiempos que vivimos. Algo se mueve, existen múltiples iniciativas encaminadas a la concienciación y movilización popular, no escribo esto para hacer propaganda de la que yo he elegido, busca la tuya y ponte en contacto con otras/os ciudadanas/os que también decidieron dejar de estar solas/os contra el poder. Utiliza Internet para informarte, para contactar, pero únete en persona, participa y trabaja. No se cambia un régimen injusto e ilegítimo dándole al "Me gusta" de una red social de Internet. Quien fomente la "ciberrevolución" es que te quiere quieta/o, sentada/o ante un ordenador o abducida/o por un smartphone o similar.


 
    Somos más que ellos, muchísimas/os más. No tienen suficientes porras para detenernos cuando decidamos avanzar, siempre que avancemos juntas/os. La actual situación no tardará en reventar y cuando lo haga abrirá tres caminos: la involución (hacia la dictadura sin los actuales disimulos), un segundo engaño (segunda transición, con una república de pega) o la revolución (hacia la democracia con la ciudadanía como poder), que no nos pille pensando "¿pero qué puedo hacer yo?". Ponte en marcha, sólo pueden tratar de caminar juntas/os las/os que caminan.


      Málaga, 27 de Julio de 2013.

      Un militante de Alternativa Republicana (ALTER) de Málaga.

      Salud y República

sábado, 20 de julio de 2013

UNA HISTORIETA PARA UN DÍA CUALQUIERA.


   Un enfermo grave llega a un hospital y la mayoría del personal se desentiende como si no fuera con ellos/as. Pero hay un grupo de profesionales que se escandaliza, se indigna, no pueden dejar a un paciente sin atención, no es una opción porque son profesionales comprometidos/as. Se organizan y comienzan a tratar los síntomas del paciente, quieren aliviar su sufrimiento, pero no se dan cuenta de que en el mejor de los casos el paciente morirá con menos sufrimiento, pero morirá. En la organización del grupo faltó quien se ocupara de atacar la causa de la enfermedad.
 
   En otro hospital, ante un caso similar, la escasa minoría de profesionales responsables se concentra en atajar la causa de la enfermedad, los síntomas les parecen secundarios y poco importantes. En el mejor de los casos salvarán la vida del paciente, pero le habrán condenado a sufrir evitablemente. Cabe la posibilidad de que el propio sufrimiento mate al paciente antes de vencer la causa de la enfermedad.
 
   Un tercer paciente, con similar problema, acude a un hospital "normal". Los/as profesionales están por cumplir con su obligación, están organizados/as para afrontar problemas desde distintos frentes. Reciben al paciente, estudian su caso, inician las medidas para aliviar su sufrimiento al mismo tiempo que para desactivar la causa de su enfermedad. El paciente tiene muchísimas posibilidades de salvar su vida y de que su sufrimiento se haya reducido al estrictamente inevitable.

 
   En esta pequeña "cutrefábula" el paciente es España, el Estado Español, los/as profesionales somos nosotros/as, el conjunto de la ciudadanía. Podemos elegir qué tipo de hospital queremos, estamos a tiempo. Lo que no podemos permitirnos es mirar para otro lado, desentendernos del futuro de un paciente del que además depende nuestro futuro y, ojo, el de nuestros hijos.
 
   En Alternativa Republicana (ALTER) estamos por atacar a las causas de la actual situación, la monarquía franquista, colaborando lo más estrechamente que se pueda (y nos dejen) con los/as que luchan por mejorar las condiciones de vida de la gente, defendiendo los servicios públicos y los derechos constitucionales que nos están arrebatando con la mayor de las desvergüenzas.
   Te ofrezco un sitio para que no luches sol@, pero da igual el sitio que elijas porque nos encontraremos en la lucha. El sentido común nos hará caminar juntos/as más pronto que tarde.
 
   Tenemos la oportunidad de demostrar que no estamos muertos/as, que no nos merecemos lo que nos está pasando. Por favor, infórmate donde quieras pero infórmate, acude con quien quieras pero acude. No te lo pido por mí, te lo pido porque quiero que mi hijo viva dignamente como un ciudadano libre, no como un súbdito y un esclavo.
 

     

      Málaga, 20 de Julio de 2013.

      Un militante de Alternativa Republicana (ALTER) de Málaga.
  

      Salud y República.



 

 

miércoles, 3 de julio de 2013

¿Cuándo se rebelará la gente? (y 2).

    La primera entrega se centró en la necesidad de una toma de conciencia individual como precursora necesaria de una conciencia colectiva. Ésta se centrará en la rebelión en sí, en lo que se le pide a la ciudadanía, a quienes ya se han rebelado individualmente.

    Cuando nos fijamos en las propuestas de movilización, podemos distinguir dos tipos fundamentales:
  1.- Las promovidas por organizaciones integradas en el sistema para mejorar su situación en el seno del mismo.
   2.- Las promovidas por organizaciones críticas con el sistema, pero poco dadas a presentar alternativas. Es la queja por la queja, como mucho algún encomiable intento de paliar consecuencias concretas de la situación de opresión que vivimos.
 
    Nos quejamos de la pasividad de la gente, pero ¿no será que a la gente no le interesa ni el mercadeo político en el seno de la monarquía franquista ni la queja por la queja? ¿No será que lo que falta es un objetivo claro y viable que mueva a la gente de una vez por todas?
 
    Quizás haya llegado el momento de cambiar el planteamiento. No podemos seguir dejándonos manipular. No podemos entender como un conflicto entre la derecha y la izquierda monárquicas lo que es una situación de opresión de la gran mayoría de la población por parte de los especuladores y corruptos, valga la redundancia.

    El problema no es la política en sí, sino un sistema corrupto e ilegítimo para el que las personas son sólo un medio que permite ganar dinero. El problema son los políticos que se han dejado comprar por el sistema y monopolizan nuestro derecho a decidir, no la política, la política es la solución.

    Si el problema es el sistema, cambiémoslo. Se puede hacer, ya se ha hecho en otros sitios y no lo tenían especialmente fácil. Pero hay que dejarse de integrismos, de purezas y sustituirlos por coraje y determinación, hay que atizar donde duele (metafóricamente hablando). Hay que fijar el objetivo y confluir en él, sin marcha atrás, hasta conseguirlo.

    La "constitución del miedo" de 1978 (muy democrática ella) está blindada contra la voluntad popular, los referéndums no pueden ser vinculantes y las ILPs tienen que ser aprobadas por los mismos que han provocado la reacción popular en su contra. Necesitamos un doble mecanismo de acción, una presión popular callejera intensa y constante y una representación parlamentaria claramente antisistema, "antiestesistema".

    Es necesaria la presencia institucional para desactivar el blindaje de la constitución y evitar una segunda transición o, como yo prefiero llamarla, una segunda estafa. Necesitamos un caballo de Troya que abra las puertas a un proceso constituyente con garantías de que no nos volverán a engañar, con garantías de que no le darán una nueva capa de maquillaje al franquismo.
    Y es necesaria la presión popular callejera para dotar de fuerza y legitimidad a la operación rupturista.
 
    Hay que empezar a confluir y hay que empezar ya. Pero sobre propuestas de alternativa, no sobre las expectativas de voto de quienes llevan 35 años pensándoselo.

    Ya sabéis, son cosas mías, pero estoy (como mis compañeras/os) a la entera disposición de quien quiera hablar seriamente de futuro, porque se puede vivir mejor y podemos conseguirlo.
 
 
 
 

      Málaga, 3 de Julio de 2013.


      Un militante de Alternativa Republicana (ALTER) de Málaga.



      Salud y República.



martes, 25 de junio de 2013

¿Cuándo se rebelará la gente?


   Quien más quien menos ha oído o leído esta pregunta unos cuantos millones de veces. Más aún tras los recientes acontecimientos en Turquía, Bulgaria o Brasil. No sé a vosotras/os, pero a mí me empieza a irritar porque es la típica pregunta que se contesta sola a partir de su propia formulación.

  Gente es un conjunto de personas, de individualidades. La gente se rebelará cuando lo haga cada una de sus componentes, porque la gente como ente carece de voluntad intrínseca, pero puede adoptar una voluntad colectiva fruto de la confluencia de las voluntades individuales.

  La rebelión ansiada estará más cerca en tanto que más personas sustituyan la pregunta de marras por ésta otra mucho más seria: ¿cuándo me rebelaré yo? No aporta nada esperar una reacción de otros para verla por televisión como quien ve un partido de fútbol. Lo que aporta al futuro de nuestra descendencia es una reflexión personal, seria y profunda, un análisis de la situación y una búsqueda de alternativas viables. Hablamos de la diferencia entre súbditos/as alienados/as a base de pan (cada vez menos) y circo (eso sí, para hartarse, oiga) y ciudadanía responsable y dueña de su destino.

  Durante más de 70 años nos han anestesiado y adocenado. No nos dan información para que ejerzamos nuestro sentido crítico, nos dicen directamente lo que debemos pensar. Si la situación se tensa demasiado nos ofrecen un chivo expiatorio en el que volcar nuestra rabia, no hay problema, está previsto por el sistema, hay recambios de sobra. Cada vez hay más personas que se niegan a sacrificar su dignidad ante el poder, que tratan de informarse por vías alternativas menos manipuladas, que no creen dócilmente sino que razonan como seres humanos libres. Cada vez hay más republicanas y republicanos para la República, aún no somos suficientes pero lo seremos.

  Durante más de 70 años nos han imbuido, mediante un concienzudo lavado de cerebro colectivo, una moral nacionalcatólicocapitalista (ahí queda eso) que anulase cualquier conato de acción política popular. Puede parecer que tuvieron éxito, pero no es así. Cada vez hay más personas que reclaman la propiedad de su cerebro, que no se consuelan con promesas postmortem, que valoran su libertad por encima de sus posesiones, que no delegan pusilánimemente su derecho y deber a la acción política. Cada vez hay más republicanas y republicanos para la República, aún no somos suficientes pero lo seremos.

  Podemos crear otra generación que no haya visto luchar a sus padres o podemos acabar con este absoluto desastre.

  Yo ya me he rebelado y me siento bien, me siento libre. ¿Y tú?


    Málaga, 25 de Junio de 2013.

    Un militante de Alternativa Republicana (ALTER) de Málaga.

    Salud y República.

Desde el barbecho.

  Pasaron. Es un hecho.   Cualquier sociedad es la consecuencia de su propia historia y la española no es una excepción. La sociedad españ...