lunes, 5 de octubre de 2015

El triunfo del capitalismo.

    El gran triunfo del capitalismo es conseguir que lo defiendan los mismos a los que explota. Basta no pasar hambre física ni excesivas apreturas para considerarse un/a privilegiado/a y enrolarse en las filas del "¡Vivan las cadenas! Incluso quienes pasan hambre y apreturas, como mucho la toman con el chico de los recados de turno, pero ni se les ocurre plantearse la idoneidad del jefe, de quien realmente gobierna desde su atalaya, por encima del bien y del mal.

    Esta situación no es fruto del azar (o la fatalidad). Los triunfos se trabajan y el capitalismo lo ha hecho a conciencia, creando las condiciones necesarias:
1.- Acabó literalmente con movimientos como el republicano o el obrero.
2.- Redujo el nivel cultural medio de la población al justo para encender la tele sin mirar el manual cada vez.

    Mientras, esos partidos que se autodenominan de izquierdas o de abajo (que hay que joderse) en realidad son partidos de "al fondo hay sitio". Sólo les preocupa su encaje en el teatrillo político del régimen, ya que parece ser que sus sesudos y preparados líderes carecen de redaños para plantear una oposición frontal al sistema económico y al régimen que le sirve. Hablamos de los líderes, pero no olvidemos a unas bases incapaces de correrles a gorrazos.

    El día 21 de Diciembre (o mejor el 22 para que quede un día dedicado a algún que otro funeral político) comenzará un periodo de tres años y medio de descanso para las maquinarias electorales. No habrá demasiado espacio para la egolatría patológica o para cantos de cisne. Se abrirá un espacio para hacer política sin las interferencias ni los tiempos de los asimilados al régimen. La duda es si habrá alguien capaz de trabajar en confluencias en torno a ideas, a modelos de sociedad, en vez de en torno a coletas o barbitas recortadas. La gran duda es si se trabajará en recuperar movimientos como el republicano y el obrero, en aumentar la cultura y conciencia políticas de la ciudadanía (o del pueblo, para quien lo prefiera) o si continuaremos enrolados en las filas del "¡Vivan las cadenas!", celebrando el triunfo del capitalismo.

    Por lo que a mí respecta, no tengo tiempo para hacer el chorras a mayor gloria del capital, pero le debo a mi hijo al menos intentar hacer política de verdad, para cambiar algo.


    Salud y República social.

jueves, 12 de febrero de 2015

El rey se baja el sueldo. ¿No es un encanto?


    Lo digo en serio. Es la impresión que me quedó tras los publi-reportajes con los que abrieron los telediarios de las televisiones del poder. Se baja el sueldo por sensibilidad hacia quienes peor lo están pasando y se va al Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, juega al bádminton y al tenis de mesa con los pacientes y se comenta que no se cayó ni una sola vez (para que luego hablen del peso de la genética). ¿No es para achucharle? A mí me vino a la mente el osito de peluche de un anuncio de suavizante. Esa era la idea.
                                                                           
    Pero uno es minoritario por vocación, básicamente raro, y se plantea las cosas más allá de las versiones oficiales y los pensamientos únicos. Decidí investigar a fondo (cinco minutos con mi buscador de Internet favorito) y buscar datos que me permitieran elaborar mi propia impresión de la noticia (ejercicio que no duele ni está considerado deporte de riesgo, expresar las conclusiones ya es otra cosa).

    La bajada es considerable (20%), aunque no tanto como la subida para su mujer (o su resultante postquirúrgica), que es del 26%. El sueldo del rey multiplica por 143 el sueldo medio en España en 2014 y por 361 el SMI español para 2015. Qué queréis que os diga, no me parece que se haya puesto al nivel de los/as ciudadanos/as y sólo me he referido a los/as que pueden trabajar.

    Pero es que además llamamos sueldo a algo que no lo es. De un sueldo se paga hipoteca, electricidad, agua, comida, ropa, etc. y ése no es exactamente su caso, él vive literalmente a cuerpo de rey. A lo que llaman sueldo no es más que una asignación para gastos personales, por si quiere parar en un quiosco a comprar chuches (es Borbón, prefiero no profundizar en este tema), porque lo demás ya se lo pagamos entre todos/as por otro lado.

    La bajada del conjunto de sueldos a los cuatro reyes (lo nuestro es de traca) es del 6%, pero no porque como media cobren menos sino porque la próxima jefa del estado por herencia tiene nueve añitos y aún no cobra (todo llegará).

    Pero es que de lo que hablamos no llega a ser siquiera el chocolate del loro, la partida de sueldos no llega al 8´5% del presupuesto mensual de la casa real (7´77 millones de euros). Cifra ésta que se nos presenta siempre junto a referencias a los Presupuestos Generales del Estado o a la partida de tal año, dando la impresión de que se trata de una cantidad anual en vez de mensual. Basta multiplicar los 665.764 € dedicados a sueldos por 12 (sin extras, a lo campechano) para darse cuenta de que sólo los sueldos/año ya superan los 7´77 millones de euros.

    Para colmo de la desfachatez están las comparaciones con los presupuestos de otras jefaturas del estado europeas. ¿Pero cómo se puede comparar algo conocido y transparente con algo oculto y misterioso? Resulta que en otros países de nuestro entorno se publica hasta el precio de las fotocopias; mientras que la casa de Franco (perdón, de Borbón) recibe dinero de diversos ministerios aparte de su asignación, dinero que no se publica y por tanto es difícil de comparar. El Ministerio de Hacienda corre con los gastos de vehículos, conductores y todo lo relacionado; el Ministerio de Asuntos Exteriores corre con los gastos de viajes; Interior y Defensa costean la seguridad de la familia; hay gastos como cenas de gala y lujos suntuosos que no se sabe ni quién los paga. No podemos saber cuánto nos cuesta la herencia política de Franco, hay estimaciones a partir de datos dispersos y opacos que sugieren que el costo real (nunca mejo dicho) de mantener a esta familia se obtendría multiplicando por entre ocho y doce los presupuestos públicos de la casa real. Situémonos en el término medio y multipliquemos por diez, nos saldrían unos 77´75 millones de euros de vellón al mes.

    Resumiendo, bajan sus sueldos, que suponen un 0´85% de lo que les pagamos y sale en todos los telediarios y primeras páginas de periódicos. Un 90% de lo que nos cuesta mantenerles se nos oculta, escapa a cualquier tipo de control y es un dato que parece no importar.

    ¿Sabéis? Después de este rudimentario análisis, ya no es el heredero de Franco en segunda generación el que me recuerda al peluche de anuncio. Ahora creo que en este país hay millones de cándidos peluches predispuestos a creerse cualquier patraña con tal de que "lo digan en la tele". Y así nos va...

    Salud y República.
    Javier Sánchez-Mota.
    Ciudadano del Estado Andaluz y la República Española.

jueves, 8 de enero de 2015

Todo es relativo, menos la indecencia.


    Los asesinatos de ayer en la redacción de la revista satírica Charlie Hebdo y alrededores nos han golpeado a todos/as, han removido algunas conciencias y han generado reacciones de todo tipo.

    Oímos hablar del asesinato de periodistas, así, en genérico, como si todos fueran iguales y corrieran el mismo riesgo. Como si fuera lo mismo un vocero del poder que un periodista profundamente comprometido con una ideología política, de izquierdas y laicista. Y no, no lo es ni se parece.


    Oímos hablar de defensa de la libertad de expresión a los mismos que la amordazan mediante leyes fascistas.

    Oímos hablar de los peligros del fundamentalismo islámico a quienes imponen el fundamentalismo católico, funden religión y estado al más puro estilo medieval y entregan la educación de nuestras niñas y niños a la jerarquía de la Iglesia Católica.

    Oímos hablar de lo bárbaro que resulta matar a seres humanos en "defensa" de una religión a los mismos que siguen sin condenar la traición a la soberanía popular y el genocidio franquista en "defensa" del nacionalcatolicismo.

    Oímos hablar de la lacra del terrorismo a los mismos que contribuyen a crear, entrenar y armar a organizaciones terroristas en función de sus intereses más bastardos.

    Parece que todo es relativo, que todo depende del color del cristal con que se mira. La indecencia no, la indecencia se nos presenta como un valor absoluto sin nada o casi nada, sin nadie o casi nadie, que de una vez por todas anteponga la verdad a las versiones oficiales. Por eso es especialmente triste la pérdida de once valientes.


Javier Sánchez-Mota.
Aujourd´hui, je suis Charlie.

Desde el barbecho.

  Pasaron. Es un hecho.   Cualquier sociedad es la consecuencia de su propia historia y la española no es una excepción. La sociedad españ...